Carta de despedida.

Queridos compañeros y amigos que he ganado estos últimos años.

Seguramente escribiendo estos nos embargaran sentimientos de emoción, orgullo, felicidad, satisfacción, realización de sueños, de promesas, y planes, porque sentimos que una etapa llego a su fin.

 

En nuestra graduación nuestras miradas representaran un mezcla de melancolía, alegría, tristeza y miedo. Un sentimiento de contradicción entre las ganas de irse a la vez de quedarse, disfrutando nuevamente de los mejores momentos pasados en el transcurso del colegio, la felicidad nos embargara por haber terminado esta etapa, pero también la nostalgia, de saber que no nos vamos a volver a ver todos los días, de compartir los chismes de cada uno, de no poder tener nuevas vivencia junto a nuestros compañeros. El mundo en el que nos movemos a diario oscila entre la fantasía y la realidad, la realidad que supone el día a día en sus clases y exámenes y la fantasía que nos deja soñar con el futuro que queremos después de dejar el colegio.

Pero cada año, cada experiencia no fue en vano, dejaron amigos, mucha historia, muchas anécdotas de las cuales nos reímos y disfrutamos al máximo, poder tener historias que contar como cada fiesta y todo lo que pasaba en ellas, las discusiones en el salón que después de tanto tiempo solo nos va a causar gracia, vamos a recordar a cada uno de los profesores, unos porque los queríamos y a otros por cansones, los que hacían examen porque, los que mantenían llamando a las directivas, quizás no ahora nos va a dar igual, pero con el pasar de los años recordaremos cada experiencia, con amor, alegría y nostalgia.

 

A cada uno le doy gracias por todo, sin importar el que.

 

 

VALENTINA ARANGO.